Los muertos no hablan...ni se defienden.

Se le ve la costura a la prisa con la que la Guardia Nacional ha «aclarado» que el sobrecalentamiento del helicóptero accidentado hace poco más de una semana no fue la causa del accidente.  De ser así, habría base para una demanda contra las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, por proveerle este equipo conocidamente defectuoso a la GN de Puerto Rico.  Según se alega, ese defecto - que admiten se manifestaba en climas calientes como el nuestro - ya se había «corregido» hace como tres años.  Habrá que ver si eso es enteramente cierto, pues a veces hay reparaciones que no son tales.

Evidentemente, todo apunta a que, a pesar de la declaración de «héroes» a los tripulantes militares del helicóptero, van a echarle la culpa al piloto, convenientemente fallecido y cuyo cadáver permanece en las profundidades del mar.  Sale mejor achacarle el accidente a «error humano» que a «desperfecto mecánico».  Se dirá entonces que, en su afán de cumplir la misión encomendada, el piloto se arriesgó demasiado, volando esa noche en condiciones climatológicas muy peligrosas.

Y «aquí paz y en el cielo gloria».

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