Un papel triste

Como suele decirse por ahí, a Ricky Martin había que darle una bofetá para que hablara [ de su homosexualidad] y ahora hay que darle tres bofetás pa' que se calle.  Estipulado que todos nos alegramos de su alivio, y que lo apreciamos igual, pero me parece que hace mal en sacarle partido a su intimidad revelada, no porque sea de índole homosexual, sino porque la intimidad no se ventila públicamente.  Como dije hace poco, no se ve bien que una persona que tiene una fundación para ayudar a combatir la trata de niños y que presta su imagen para causas nobles, a la vez, haga este despliegue de su vida íntima y su sexualidad...la que sea.  Si la gente va a comprar sus discos y a ver sus espectáculos, que sea por razones puramente artísticas y no por el morbo de los detalles de su sexualidad.

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