«No jugarás.»

Pensándolo bien, el gobierno debe permitir que los comerciantes «cristianos» no tengan que arriesgar su alma por el «pecado» de vender el IVU-Loto en sus establecimientos. Si ellos sienten que ofenderían a Jehová con algo así, hay que respetarles esa creencia, antes de que alguno se inmole en las escalinatas del Capitolio o las más modestas de la Lotería. Estoy seguro de que estas almas nobles nunca han violado la ley de los hombres, aunque sea de segunda categoría, comparada con la del Señor. Esta buena gente rendirá sus planillas de contribuciones escrupulosamente, y no osaría vender a sobreprecio, rehusarse honrar una garantía o incumplir cualquier norma de protección al consumidor.

En fin, gente tan casta y pura merece que se le exima de la blasfemia de participar de una lotería del Estado.

Comentarios

Roberto Ariel Fernández ha dicho que…
Alberto, tu sarcasmo es genial.

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