Obispo [d]emérito

Le ha quedado feíto al Presidente paraguayo la revelación de su paternidad, provocada por un pleito de filiación. Resulta que, cuando Su Excelencia era Su Excelencia Reverendísima, le hizo un muchacho - y no precisamente por obra y gracia de otro - a Viviana Carrillo. Pero, al ex obispo se le olvidó, y luego de dos años y asumir la presidencia, lo ha tenido que reconocer e inscribir.

Parece que tanto le llamaron padre Fernando, que él se decidió hacerlo realidad.

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