¡Qué clase de disparate!

Parece un chiste, pero, desafortunadamente, no lo es. El gobierno otorgará permisos de uso comercial en 24 horas. Hombre, quizá los seis meses sean excesivos, pero 24 horas es irse al otro extremo. Para eso que lo hagan instantáneo. Entonces, se cubren, diciendo que son "provisionales", teniendo de dos a cuatro meses para evaluarlos y hacerlos permanentes o rechazarlos. En un país en que hace mucho tiempo hay saturación de comercios y quiebras a granel, el gobierno, irresponsablemente y a la caza de votos, complaciendo peticiones, accede a, esencialmente, incumplir su función ordenadora de la vida puertorriqueña.

Recuerde el lector el gran número de problemas que ha causado y sigue causando la ubicación indiscriminada de negocios en las zonas urbanas del país. Ahora, con esta prisa absurda, el berenjenal será aun mayor, pues se pasarán por alto factores que, con mayor ponderación, podrían dar un cuadro más claro acerca de la conveniencia o falta de ella de permitir el funcionamiento de un comercio en una pretendida ubicación.

Esta decisión festinada es parte de esa política de ofrecer gratuitamente el transporte público, decretar exenciones del pago del IVU a la menor provocación, conceder créditos misteriosos en el pago del agua y la luz, y otras maniobras electoreras de última hora del partido de gobierno.

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