De Castro, ¡fo!

Escucho a personas de buena voluntad lamentarse, por consideraciones de amistad y simpatía, de lo que le ocurre a De Castro Font, como si se tratara de una desgracia que le ha caído del cielo. No creo que él merezca tal consideración, y por lo visto, tampoco su padre, quien anda por ahí muy sonreído. No es hora de blandenguerías ni "aybenditismos." La corrupción, en cualquier forma, hay que rechazarla de manera categórica. No importan amistades, apellidos, lazos de vecindad o cuestiones similares.

Comentarios

Entradas populares