Pintura y capota

El cierre de El Nuevo Día en Orlando es muestra de que aquello no es "the land of milk and honey" ni la tierra prometida, para los que leen la Biblia en español. Resulta irónico - o alguien diría que es justicia poética - el hecho de que la empresa que ha alentado la ola migratoria a Orlando, con su propaganda machacona de que aquello es el paraíso terrenal, haya caído víctima del desamparo divino en que según ellos mismos está la Florida.

Hasta hace poco, la gente casi clamaba: ¡Dios me lleve a Orlando!, el Perú de los siglos XX y XXI. Se llegó a la ridiculez de organizar seminarios - anunciados en el periódico de acá - para "enseñar" a la gente a vivir en ese Edén. Era como si Orlando en su totalidad fuera uno de esos parques temáticos de Disney en que hay instrucciones hasta para...

En fin, ahora resulta que Orlando no es otra cosa que un sitio "Mickey Mouse", if you know what I mean.

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