Gringadas

Dos gringos pendejos - de ésos que viven entre nosotros pero son clase aparte - pretenden que se les preparen unas papeletas electorales en inglés para que puedan votar. Pero, si no saben suficiente español para entender la papeleta en español, ¿cómo entienden la discusión de los asuntos públicos, para capacitarse para emitir un voto inteligente? Supongo que toda su información la reciben de The San Juan Star y Radio WOSO, fuentes muy limitadas. Una de las demandantes, de ascendencia alemana, admite llevar 14 años en Puerto Rico y no saber suficiente español. Eso retrata a Frau Diffenderfer en su indiferencia y actitud hacia los que, supongo, ella se refiere como locals o these people.

¡Que aprendan español o se vayan a votar al carajo!

Comentarios

Jaime Riera Seivane ha dicho que…
Siempre hay alguien que quiere hacer la "diferencia", aunque yo diría que oposición por joder.

Nuestro sistema debe de dejar a un lado todas estas solicitudes absurdas. Darle foro a estos grupos (sin ser xenofóbico) abre la puerta para que vengan los chinos, los japoneses, los hindúes, los franceses, los ingleses, los rumanos, los rusos, en fin, todas las naciones unidas a pedir papeletas de votación en sus idiomas autóctonos. Y si accedemos, lloverá solicitudes de que todos los formularios del gobierno sean en su idioma de origen.
Jaime Riera Seivane ha dicho que…
Corrección, debo decir, lloverán
SJAS ha dicho que…
Suelo leer con placer y con interés sus dos "blogs", pero hoy estoy totalmente en desacuerdo con lo que he leido. Allá en los EE.UU., organizaciones defensoras de los derechos civiles, incluyendo la PRLDEF, se han esforzado en lograr que el gobierno se comunique con sus ciudadanos en sus respectivos idiomas natales. Lo sorprendente de lo que hoy usted escribió es que se trata de algo que pude haber encontrado en el Washington Times, el Wall Street Journal o el National Review. Por ejemplo, Deroy Murdock ha escrito en el National Review Online que es una "locura" que el gobierno federal imprima papeletas en idiomas que no sean el inglés; es decir, en idiomas minoritarios. La única diferencia aquí es que en Puerto Rico los angloparlantes son quienes están en minoría. ¿No les debemos a ellos el mismo respeto que los puertorriqueños que viven allá le han exigido al gobierno federal? Le solicito que reconsidere su postura.
Alberto Medina Carrero ha dicho que…
SJAS:

Lo que pasa es que nunca me ha parecido correcta la postura de mis compatriotas o de otros latinos que se van para el Norte y pretenden que allá se lo pongan todo en español. Si uno decide hacer su vida en otro país - por las razones que sean - uno debe aprender el idioma que se habla en ese país. Ese es el verdadero respeto.

Por supuesto, nada impide que, como medidas de transición, hayan programas bilingüez para facilitar la adaptación, pero eso debe ser algo temporero.

Estar en un país 14 años y no aprender el idioma es una falta de respeto por esa cultura. Aquí hay americanos que se mueren de viejos y sencillamente no les da la gana de aprender español porque, en el fondo, piensan que el único idioma que vale la pena en el mundo es el inglés.

Como puede ver el amable lector, soy consecuente con mi sentir sobre el tema. Si algún día, por desgracia, tuviera que ir a vivir a Estados Unidos, hablaría en inglés todo el tiempo. Hace poco estuve de vacaciones en la parte francesa de Canadá e hice el mejor de mis esfuerzos por hacerme entender en francés. Por respeto.

Finalmente, no hay que temer coincidir en uno que otro respecto con personas con las que uno normalmente no coincide. Hay ideas buenas en todos lados.

Por todo lo anterior, a la solicitud de reconsideración, NO HA LUGAR.
Alberto Medina Carrero ha dicho que…
Debí escribir "bilingües."
Jaime Riera Seivane ha dicho que…
Opinión concurrente

El que suscribe habla por experiencia propia. En los varios viajes que he hecho por América Latina y Europa, he notado el alto grado de criticismo de nuestros compatriotas e incluso de los estadounidenses en tierras foráneas a las nuestras.

En el 1997, una mañana bajando en el ascensor del Hotel Florida Norte, dos parejas de ciudadanos "americanos" en el idioma de Shakespeare comenzaron a criticar España y de como algunos españoles no hablaban su idioma. Para su mayor descaro, ellos se dirigieron a mí diciendo: "éste no entendie lo que decimos". Para su sorpresa, le contesté en su idioma de forma fría y lacónica. Lo mejor de todo, fue ver como se sentían al escuchar mi respuesta.

En muchos países de nuestra América Latina hay formas y costumbres que debemos respetar; cosa que siempre hago por ser el visitante. Esto lo aprendí desde chico. No debemos imponer nuestra forma de ser, ni nuestro sentir y mucho menos criticar esas costumbres al amparo de la comparación o de que lo hacemos mejor o de que los EE UU lo hacen mejor. Ahí pecamos.

Si un país quiere adoptar formas y estilos de escribir para que los ciudadanos, que componen esa pluralidad, los entiendan; es su prerrogativa, no la nuestra. Tampoco esta actitud los hace mejores o peores, sino que los hace diferentes.

En cuanto a minorías, discrepo totalmente que los anglosajones sean minorías. Minorías son los procedentes de la República Doninicana -que nos hartamos de ridiculizar- los haitianos, los hindúes y otras razas provenientes del Asia y otras partes del Mundo. Los anglosajones, jamás en la vida los consideraría minoría porque rápidamente les abrimos las puertas -por no ser vulgar- para que nos provean el mantengo a diario y las subvenciones.

Por lo tanto, concurro con resultado similar.

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