¡Qué alivio!

«El remedio puede ser peor que la enfermedad», reza un viejo dicho, y muchas veces lo es. Con frecuencia que alarma, se nos advierte de medicamentos que, luego de estar en el mercado mucho tiempo, se descubre que son nocivos para la salud.

Ahora le ha tocado el turno a Advil y Aleve, dos analgésicos que, aunque tenían la advertencia de que podían causar ciertos trastornos, ahora se nos dice que aumentan considerablemente el riesgo de infartos del corazón y derrames cerebrales. ¡Casi nada! A la mítica Food and Drug Administration, protectora de la salud de Estados Unidos y sus territorios, le ha tomado todos estos años descubrir esto.

En fin, es preferible aguantar un dolorcito de cabeza o un malestar muscular, que «suicidarse» con un calmante con ibuprofeno.

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