Mucho pedir

Al igual que en años anteriores, se exhorta a las padres a la sensatez al comprar los juguetes navideños para sus hijos. El problema es que la prédica resulta inútil en un país en que los adultos sufren de un alto grado de inconsciencia en mucho de su proceder. ¿Qué sensatez pueden tener los que insisten en manejar los vehículos todoterreno a gran velocidad y sin las medidas de protección? ¿Qué sensatez pueden tener los que se amanecen en una fila el llamado «viernes negro» -- incluso con niños menores de edad -- para comprar compulsivamente? ¿Qué sensatez pueden tener los que descuidan y hasta maltratan a sus hijos de tierna edad? En fin, la estupidez y la insensibilidad cunden entre nuestra gente.

Difícilmente pueda lograrse que velen por el bienestar de sus hijos al comprar juguetes de Navidad.

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