Contratos superfluos

La cancelación de contratos de relaciones públicas otorgados por dos senadores de mayoría pone de manifiesto cómo se ha seguido despilfarrando el dinero del pueblo. ¿Para qué quiere un legislador un relacionista público? Si hace bien su trabajo, ésa es toda la publicidad o relaciones públicas que necesitará. Lo demás es cosa de imagen, que, si le parece necesaria, debe pagar con fondos propios.

Todavía queda mucho por arreglar en nuestra Asamblea Legislativa. Hay que acabar con estas prácticas de contratar asesores y ayudantes para gestiones superfluas. El dinero de los contribuyentes se debe utilizar para reforzar la gestión puramente legislativa, en pro de una legislación de mayor calidad, fruto de estudios e investigaciones profesionales y sustantivas.

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