No Escucharon la voz de la conciencia

Me parece que la organización de Niños Escuchas está cayendo en lo mismo que la Iglesia Católica. Aunque no le ha quedado otro remedio que admitir la incidencia y el monstruoso encubrimiento de la pedofilia en sus filas durante décadas, todavía andan con disimulos y ocultaciones típicos de quien está más preocupado por su imagen que por la verdad. Si el caso de Puerto Rico es muestra de lo ocurrido en otros sitios, las cosas son peores que lo que han revelado.

Porque eso de que solo ocurrieron cuatro casos entre 1959 y 1988 no lo cree nadie. Desafía la credulidad de cualquiera pensar que en 30 años esto haya sucedido cuatro veces, mientras se registraban miles de casos en otras latitudes. Ya veremos que, más tarde que temprano, se sabrá que hubo muchos casos más. Al igual que en la situación en la Iglesia Católica, lo peor no es que estas cosas hayan ocurrido, sino que una organización que profesa públicamente los valores de los Niños Escuchas las haya ocultado, permitiendo que esos individuos continuaran con sus fechorías y quedaran impunes.

Ahora, se esconden tras declaraciones de relacionistas públicos y no dan la cara. Evidentemente, no se aplicaron el lema escutista de «Estemos preparados», para afrontar la verdad.

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