¡Han blasfemado!

En una muestra de ecumenismo -- o de que, como dice el refrán, «cuando veas las barbas de tu vecino arder, pon las tuyas en remojo» -- los evangélicos han cerrado filas con los católicos para rechazar el ataque de ciertas voces del partido de gobierno en su llamado a que los feligreses no acudan a los templos católicos o no contribuyan económicamente a su sostenimiento. Todo por una supuesta parcialidad del Arzobispo y uno que otro cura hacia el Partido Popular. A los evangélicos no les ha gustado ese camino empedrado de malas intenciones, pues por ahí se llega a sus arcas también. No todas la iglesias están llenas, y mucho menos las cajas donde guardan las ofrendas. Así que eso de que la gente se salga de los servicios religiosos y no dé ni un peso, «raja el velo del templo».

Y la caridad empieza por casa...incluida la del Señor.

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