No dejéis que los niños vayan a él...

El arresto del policía por cargos de delitos sexuales contra menores y pornografía infantil confirma cuán cuidadosas deben ser las instituciones que ofrecen servicios a niños y adolescentes, toda vez que, con cierta frecuencia, las personas que tienen inclinaciones pedófilas procuran trabajar en ellas para tener acceso a dicha población. En este caso, el policía se desempeñaba en la Liga Atlética Policiaca. Hay que ser en extremo riguroso al seleccionar al personal que va a tener a cargo esos muchachos y muchachas, para evitar «poner al cabro a velar las lechugas». Sobre todo, hay que estar atentos a su comportamiento, supervisándolo y vigilándolo. No se puede confiar ciegamente en la honestidad de los adultos que están en contacto continuo con menores de edad de ambos sexos. Hay que conservar un saludable escepticismo acerca de sus intenciones y su entrega al trabajo, porque podría ser indicio de algo distinto de una vocación magisterial o filantrópica.

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