Contador que supo contar

Luce como un cierto «fracaso de la justicia» el desenlace judicial del caso de contador de la Empresa Ramallo, que, luego de malversar $1 millón, se le condena a una sentencia suspendida y sólo $90,000 en restitución. Buena parte de la razón es que mucha de esa actividad delictiva había prescrito, pues, todo parece indicar que no fue descubierta a tiempo, dada la confianza en el empleado por sus 26 años en la empresa y la oportunidad que su cargo le daba de ocultar sus fechorías.

Lo que sí llama la atención es que, a pesar de una reconocida desfachatez del acusado ante su crimen, el informe pre sentencia haya sido positivo. La falta de arrepentimiento debió pesar grandemente en la recomendación del oficial probatorio y, en última instancia, del tribunal sentenciador, el cual pudo haber descartado un informe de esta naturaleza.

Así las cosas, este caso alienta la falta de honradez en circunstancias similares, pues se trata de «un buen negocio».

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