«[Consumidor] que se duerme...»

El Departamento de Asuntos del Consumidor advierte de la práctica de ciertas empacadoras de mariscos congelados de añadir hielo o inyectar una solución para aumentarles el peso y así cobrar más por menos. Ahora se entiende por qué el sector privado «se rasga las vestiduras» ante los controles gubernamentales: quiere poder hacer éstas y otras trampas impunemente. La falta de honradez es consustancial al comercio; quien lo dude, busque los ordenamientos jurídicos de la antigüedad, y verá la reglamentación sobre pesos y medidas y la adulteración de los alimentos. Los comerciantes nunca se conforman con ganarse el dinero legítimamente; invariablemente, buscan sacar ventaja indebida de clientes y consumidores. Por eso es que tienen que haber leyes, normas y reglamentos que controlen esa relación y castiguen las prácticas fraudulentas e injustas.

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