Las voces del desierto de Atacama

Dicen que la fe mueve montañas; en el caso de los mineros chilenos, movió la tierra.  Quizá deba decirse que los chilenos movieron cielo y tierra para rescatar a sus compatriotas.  Con la ayuda de la tecnología y el conocimiento propio y ajeno, han hecho lo que parecía imposible.  La fe de los mineros en Dios, en ellos mismos y en sus semejantes los mantuvo vivos y sanos física y mentalmente.  Nunca perdieron su apego a la vida, ni aun en las desoladoras circunstancias que por tanto tiempo tuvieron que soportar.

He ahí el mayor y mejor ejemplo para todos nosotros.

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