Las cosas sencillas de la vida

Hay que ver con simpatía la celebración de la Tercera Caravana de Yuntas de Bueyes en Rincón. El entusiasmo de los asistentes demuestra que, a pesar de toda la transculturación a la que hemos estado sometidos por tanto tiempo, somos jíbaros de corazón. No importa el cemento que se les eche encima, ésas son nuestras raíces, y están ahí, vivas e imperecederas.

Con su alma de poeta, Muñoz, al anunciar su retiro de la vida política, habló de «regresar a los bateyes». Si no literalmente, cada puertorriqueño añora ese regreso a la vida buena y sencilla que representan esos bueyes. La crisis económica que vivimos y que se prolonga es una magnífica ocasión para repensar nuestra vida personal y colectiva, y optar por el decoro y la modestia como valores superiores del espíritu.

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