El descarte de una buena idea

Una de las tragedias de nuestro país es el infantilismo político, que lleva a que se descarten de plano las buenas ideas de los adversarios y se insista en las malas propias. El Partido Independentista Puertorriqueño viene proponiendo desde hace mucho tiempo que se ponga a tributar a una tasa de 10% a las corporaciones foráneas sobre la repatriación  de sus ganancias en Puerto Rico. La recaudación sería billonaria, y nos ayudaría grandemente a salir del atolladero en el que nos encontramos.

Pero, claro, darle la razón al PIP sería políticamente incorrecto, pues pondría  a la gente a pensar que tiene buenas ideas y podría gobernar bien. ¡Cualquier cosa menos ésa!

Es el caso, sin embargo, que los americanos -- quebrados como están --  andan pensando en algo similar a lo propuesto por el PIP; «peor», pues se habla del 15% para las corporaciones de Estados Unidos que hacen negocios fuera de ese país, incuidas las que funcionan aquí.

Claro, cuando lo hagan los americanos, estará bien, para los cipayos de aquí.

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