Desatino sabatino

Continúa la imbecilidad de las ventas navideñas a gran escala, con un invento de último cuño: White Saturday, dedicado a los medianos y pequeños negocios, luego del Black Friday de ayer. ( Como puede verse, el asimilismo es conceptual y lingüístico.) Es, sin duda, un esfuercito de última hora, a la manera de plato de segunda mesa de migajas, para complacer a los detallistas, que no pueden competir con las megatiendas.

Dudo mucho que a los amanecidos de ayer les queden dinero y energías para tirarse a la calle -- menos con esta lluvia pertinaz -- a comprar alguna chuchería en tiendas de segunda. El país y el gobierno, por flojera de espíritu, se han postrado ante el altar del dios del consumo, y solo el verdadero Dios los podrá salvar de una degradación mucho peor que la del crédito por parte de las casas acreditadoras.

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