Una mala receta

El Dr. Hernán Padilla, luego de ser alcalde de San Juan dos veces hace varias décadas, se creyó su propia leyenda y fundó el Partido Renovación Puertorriqueña, que duró lo que dura una pesadilla, y eso lo llevó al exilio, a lamerse las heridas en su nación. Nadie supo mucho de él hasta que, desde hace un tiempo, nos receta en una columna periodística semanal la anexión a Estados Unidos como la cura de todos nuestros males. El doctor cree a pie juntillas que ese país es la Atlántida, Shangri-la y el Paraíso terrenal, todos en uno. Leyendo sus columnas de opinión, es obvia su admiración ciega por los americanos.

Lo que sorprende es que en estos casi 30 años de estar viviendo allá él no haya podido convencer a sus amigos en ese país «perfecto» de que nos hagan el favor completo de anexarnos, para que entremos al reino de los cielos. Estoy seguro de que él se tiene que haber quedado ronco -- nunca tuvo mucha voz -- explicándole a Washington por qué es injusta la colonia y merecemos ser americanos completos. Evidentemente, no le han hecho caso.

Pobre doctor. Como ideólogo, es un gran nefrólogo.

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