Las «razones» de la sinrazón

Me parece que en la oposición a hacerle justicia a los homosexuales y personas cuya identidad de género o sexual es distinta de la heterosexual obran dos elementos que deben ponerse al descubierto. Primero, el oscurantismo tiene fuertes fundamentos bíblicos, sobre todo en el Viejo Testamento. Para ciertos creyentes, esa palabra del hombre que pasa por Palabra de Dios en algunos pasajes resulta una retranca espiritual que no les permite aplicar en toda su extensión el mandamiento fundamental del Amor. El amor al prójimo no admite excepciones. Negarle derechos a esa parte de la comunidad humana es, sin duda, la verdadera «abominación ante los ojos de Dios».

Segundo, muchos se abstienen de apoyar lo que, en el fondo, saben que es lo correcto porque temen hacer causa común con quienes la mayoría de la sociedad rechaza. Les aterroriza que se les juzgue homosexuales o simpatizante de ellos y otros «desviados». Por lo tanto, le niegan su respaldo, guardando silencio cobarde o declarándose «tibios» ante los reclamos de igualdad de estos conciudadanos y hermanos.

A unos y otros, la Historia les va pasando por encima, dejándolos en la ignominia del odio y la injusticia.

Comentarios

Eddie Antonio Rios Benitez ha dicho que…
He dicho en otros lugares que hay "obligaciones legales" y hay deberes morales. A veces hay que llegar a lo primero para darle vigencia y vida juridica a lo segundo. Lo que plantea Alberto aqui es una invitacion a cumplir con un deber moral: el amor y la justicia. Espero que no haya que legislar de manera especia para que cumplamos con esos deberes.

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