"♪...a kiss is just a kiss..♪"

La «recompensa» de $135,000 por un beso robado fotográficamente a Shakira y su novio futbolista es una muestra más de los excesos a los que la imbecilidad mundial ha llegado en nuestros días. Que se les quiera fotografiar o filmar como a cualquier pareja famosa es entendible, pero que se ofrezca una suma así por algo tan inconsecuente es, francamente, una obscenidad. Aunque existe desde hace mucho tiempo, la llamada «prensa del corazón» ha adquirido un protagonismo desmesurado en época reciente, y sus implacables paparazzis se han convertido en perseguidores hasta muerte, como en el caso de la princesa Diana.

A fin de cuentas, es el público el culpable de estos excesos. A los asuntos de farándula se le ha dado una importancia que no tienen. Mucha menos importancia intrínseca tiene la vida privada de los artistas. Que la tenga en la «realidad» demuestra cuán banal se nos ha hecho la vida  en este planeta.

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