Enfermedades «terminales»

Se anuncia el establecimiento de una clínica en el Aeropuerto Internacional Luis Muñoz Marín. Muy bien. Con los aumentos en precios de los boletos aéreos, el cobro por maletas y el precio de un emparedado y una cervecita en los comeivetes allí, a cualquiera le da un infarto. Si a eso le sumamos los cobardes como yo a la hora de montarnos en un avión, las filas en ese hospitalillo van a ser como para vacunarse, cosa que uno también podrá hacer cuando se le olvide que va para uno de esos sitios con enfermedades raras que exigen que uno se inocule antes de ir.

Supongo que a esos doctores se les aplicará estrictamente la norma de que deben atender a los pacientes en el periodo máximo de una hora, pues, de lo contrario, el retraso de los vuelos será peor que hasta ahora. Yo, que a veces he añorado aunque sea una camilla durante una espera interminable en un terminal, soy capaz de darme un tajito, para que me acuesten en una, en lo que sale mi vuelo...

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