La fatalidad puertorriqueña
En un país tan desquiciado como éste, publicar que faltan tres asesinatos u homicidios para empatar la cifra del año pasado es casi una invitación a que hoy mismo se produzcan. Como nos encantan la competencia y el establecer marcas, los delincuentes profesionales y los ocasionales se motivarán para elevar esa cifra fatídica a niveles nunca antes alcanzados. Humor negro aparte, que en un país de la población del nuestro - 4 millones, más o menos - se registren consecuentemente alrededor de 900 asesinatos u homicidios todos los años es un desastre social. La droga y otros problemas de salud mental han sumido a Puerto Rico en una crisis de violencia en que, tanto en la casa - en el ámbito doméstico - como en la calle, se quita la vida con pasmosa crueldad y frecuencia, sin que haya remedio a la vista.