A esperar a que se enfríe...

En unas movidas que presagian el desenlace inminente en la enfermedad de Miranda Marín, se proclama un sucesor y se anuncia su contrincante en el 2012. Me parece que un mínimo de decoro exige que se espere que el suceso ocurra, algo que, si se cree lo que se ha publicado recientemente, parecería que está muy lejos de acontecer.

De ser cierto que las células cancerosas están desapareciendo y que el tamaño y el número de los tumores se achican, entonces habría que concluir que el hombre se está curando milagrosamente. Hay que suponer que no puede ser que se esté engañando al país en algo como esto, pues ello sería el colmo de la manipulación política. De manera que, tomándolo como cierto, hay Alcalde para rato, por lo cual todo eso de estar hablando de candidaturas resulta innecesario.

A menos que la verdad sea otra... la evidente.

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