Una "burrada"

Roland Burris no acaba de entender que no se trata de una cuestión jurídica; de si el Gobernador de Illinois tiene la facultad de nombrarlo al Senado federal, sino de si él debió aceptar esa designación de un funcionario gravemente impugnado legal y públicamente. Al no querer entenderlo - asumiendo una postura legalista - demuestra que no tiene la sensibilidad ni la sensatez para ocupar el escaño. Ahora tiene la cachaza de decir que lo suyo es "lo que el Señor ha decretado." Cuando la gente empieza a reclamar la intervención divina y a poner a Dios como testigo de reputación es que no tiene otra defensa.

Lamentablemente, cierto sector de la comunidad negra - y ahora vemos que religiosa también - tampoco entienden el asunto, y se han ido de su parte. Esa gente sabrá mucho de la Biblia, pero no tiene idea de lo que la ética puramente humana dicta en estos casos.

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