El naufragio de la conciencia

Aparte de la evidente temeridad del capitán del barco -- que ha sido descrito como «terco y engreído» -- ahora se comienza a saber que El Faro era un buque cuya vida útil ya había expirado, según lo relatan algunos de sus extripulantes. Pero, como suele suceder en el mundo de los negocios, la empresa quiso continuar aprovechándolo más allá de lo prudente.

Este no es un caso aislado. En época reciente, he tenido la experiencia de ser pasajero en líneas aéreas que pretenden seguir volando aviones que no están en las mejores condiciones. Afortunadamente, los problemas han ocurrido en tierra y han impedido que se alzara vuelo. Mas, la aerolínea tenía toda la intención de proceder con el vuelo, cuando la prudencia aconsejaba lo contrario.

Y es que el mundo corporativo es, frecuentemente, criminal, y está dispuesto a jugar con la seguridad y la vida de la gente, por ahorrarse el dinero de remplazar o sustituir su equipo, sobre todo si es muy costoso.

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