Una renuncia intempestiva

¡Qué poco duró la Secretaria de la Gobernación! Un año con ocho meses. No creo que el país haya perdido gran cosa con su dimisión, pues el puesto le quedaba grande. La renuncia se da a menos de la mitad del cuatrienio. Es posible que el tener que negociar con tanto dirigente sindical -- gente de piel oscura, pobre y nada «fina» -- le haya resultado demasiado desagradable a una «blanquita». Un milagro que no dijo que renunciaba por motivos de salud, para estar más tiempo con su familia, o alguna pamplina similar como justificación socorrida.

De hecho, su carta de renuncia tiene un trasunto de que va al sector privado, donde, seguramente, aprovechará la información privilegiada obtenida en su puesto para lucrarse. Resulta risible que ella hable de «años» en el servicio público, pues aun contando su experiencia anterior como subsecretaria de la Gobernación entre 2001 y 2005, no resulta una carrera singularmente larga ni mucho menos distinguida.

Es cuestión de tiempo para que sepamos algo más sobre esta renuncia intempestiva...

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