«Se acabó el pan de piquito»

Ahora «vamos a ver si el gas pela». Ahora que todo el mundo se «rasga las vestiduras» -- sobre todo las togas -- veremos cuántos están dispuestos a hablar «a calzón quitao» y a llegar hasta las últimas consecuencias en este «buscar en yaguas viejas» en la judicatura y, por extensión, en las otras partes del sistema de justicia. Ha habido demasiado disimulo y «vistas largas» durante demasiado tiempo, y la vida comienza a pasar factura. El país exige cuentas claras. La mística se acabó, y se comienza a ver la desnudez debajo de las togas.

No hay marcha atrás ni tolerancia a la justicia lenta en ninguna de sus vertientes.

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