La democracia se nos muere.
El país se hunde en el fascismo aceleradamente. Hay una pasividad alarmante, ante las prácticas dictatoriales y totalitarias que vivimos estos días. La prensa, tan presta a ocuparse de la situación de los derechos civiles y humanos en Cuba y en Venezuela ha reaccionado parca , tardía y tímidamente a los atropellos. La gente y las instituciones están anonadadas por la virulencia de los ataques de los poderes públicos a los ciudadanos. Aunque debemos ser prudentes y evitar confrontaciones en que llevemos la peor parte ante una fuerza policiaca que es perro de presa del gobierno, hay que desarrollar una estrategia que neutralice esta ofensiva gubernamental. Pacíficamente y sin violar la ley, hay muchas cosas que se pueden hacer para hacerle la vida imposible a un gobierno que se torna en enemigo de su pueblo. El sindicato Solidaridad tumbó al gobierno polaco desde la calle. Si no hacemos algo ahora, pronto será muy tarde.