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Mostrando entradas de abril, 2010

«No hay gente pa' tantas casas.»

La crisis bancaria e hipotecaria está íntimamente relacionada con los desaciertos en la construcción; en otras palabras, se trata de una herida autoinfligida. La insistencia estúpida en saturar el mercado residencial y el comercial con estructuras carísimas no podía tener otro resultado que el que vivimos: un inventario que no se vende. La otra estupidez es la de la banca, al financiar proyectos cuyo fracaso era perfectamente anticipable, aun para cualquier tonto. Ahora quieren más alivios, bonos, créditos y exenciones, para ver si pueden vender todas esas casas, condominios y edificios, pero muy poco de eso resulta. La avaricia rompió el saco. Los Blanco, los Rojo y los Madero ahora «se las ven negras», pues sus números están en «rojo».

Seguiré en mi «cacharrito».

Aunque me han puesto el Tren Urbano a 35 chavos - recuerden que ya soy viejo oficialmente - no lo voy a usar, no porque no quiera, sino porque no puedo, debido a que su trazado no me ofrece esa posibilidad. Obviamente, mi caso no es excepcional. La realidad es que la masa poblacional no lo usa cotidianamente, debido a que, a menos que se viva y se trabaje relativamente cerca de las pocas estaciones existentes, no es útil. Hay que aprender que el precio no es el único factor determinante de si se adquiere un bien o un servicio. Para ponerme técnico - recuerden que soy bachiller en ciencias económicas - la relación entre el precio y la demanda puede ser elástica o inelástica, siendo la primera la que responde a las fluctuaciones en el factor precio, y la segunda, la que no se altera por ello.

¡Patria libre ahora!

Lo he dicho y lo repito: no importa la naturaleza de la consulta; hay que aprovechar toda ocasión para repudiar la colonia y afirmar nuestro derecho a la independencia. En el peor de los casos, los votos en contra del ELA son una manifestación inequívoca de que no se está de acuerdo con la subordinación política que vivimos. Eso tiene un valor, independiente del peso político que pueda tener. No participar es dejarle la cancha sola a los enemigos de nuestra libertad. Aunque seamos una minoría, los independentistas tenemos que hacernos sentir, para que los americanos no crean que aquí todos estamos conformes con la colonia y así justificar su inacción. Votaré tantas veces tenga la ocasión, contra la colonia y la estadidad, y a favor de la independencia. Es un deber de conciencia, y la mía no sabe de estrategias ni de tecnicismos jurídicos o políticos que aconsejen otra cosa. Pediré siempre la libertad de mi patria, incondicional e inmediata.

¡Moda no, sustancia sí!

Creo que esto de las marchas para «crear conciencia» sobre un problema social o repudiarlo se ha convertido en un lugar común de dudosa efectividad. No pasa una semana en la que, por lo menos, se produzca una de estas caminatas. ¿Realmente, hace falta que un montón de gente se tire a la calle, para que sepamos que el abuso contra menores o mujeres existe y que lo aborrecemos? A estas alturas, estas cosas no son un secreto, ni hay gente que las promueva como algo positivo, que haya que contrarrestar. Por lo tanto, lo que hace falta es aplicar con sumo rigor las leyes existentes, con énfasis en el aspecto de la salud mental, cuyo quebranto lleva a estas manifestaciones de conducta antisocial e ilegal. Las marchas, las camisetas, los lazos y las pulseras alusivas a una causa son una moda de activismo social. Hace falta mucho más que eso para resolver estos graves problemas.

Cambio a la cumbia

Sorprende que este gobierno, tan «americano», piense que puede aprender algo de Colombia, una de esas «republiquitas» que tanto les gusta denostar a quienes creen que Estados Unidos es el principio y el fin de todas las cosas.  Habiendo 50 estados y un gobierno federal llenos de la gente más inteligente en la historia de la Humanidad, recurrir a los colombianos para que nos enseñen cómo se maneja el negocio del agua de manera rentable es insólito. Tengan cuidado  que no se enteren los amos del Norte, pues a ellos no les gusta que su colonia haga negocios con otra gente, reduciendo con ello el guiso yanqui aquí.

A esperar a que se enfríe...

En unas movidas que presagian el desenlace inminente en la enfermedad de Miranda Marín, se proclama un sucesor y se anuncia su contrincante en el 2012. Me parece que un mínimo de decoro exige que se espere que el suceso ocurra, algo que, si se cree lo que se ha publicado recientemente, parecería que está muy lejos de acontecer. De ser cierto que las células cancerosas están desapareciendo y que el tamaño y el número de los tumores se achican, entonces habría que concluir que el hombre se está curando milagrosamente. Hay que suponer que no puede ser que se esté engañando al país en algo como esto, pues ello sería el colmo de la manipulación política. De manera que, tomándolo como cierto, hay Alcalde para rato, por lo cual todo eso de estar hablando de candidaturas resulta innecesario. A menos que la verdad sea otra... la evidente.

Trujillo vive...también en San Juan.

Resulta curioso el silencio de algunos medios de prensa o la poca difusión que tuvo el desaguisado reciente acerca de la presentación del libro de Angelita Trujillo en la Casa de España en San Juan. Pienso que la participación de su hija, la fiscal federal María Domínguez, y la presencia de otras figuras vinculadas al Tribunal de Estados Unidos en Puerto Rico ha tenido mucho que ver con esa reticencia periodística. En la era de Trujillo, los dominicanos no se atrevían hablar de cosas que siquiera pudieran entenderse como críticas al régimen. Aquí se vive otra autocensura: no se critica a los federales, por miedo a sus represalias o a que se nos tenga como «antiamericanos».

«Alicia en el país de las [ridiculeces]»

Nada malo hay en poner en sitios públicos, con fines de orientación turística, una que otra indicación en inglés u otro idioma. Lo malo está en abusar de ello o convertirlo en un subterfugio ridículo para crear la ilusión de que somos parte de Estados Unidos. Lo cierto es que, cuando se visitan otros países, no se observa una práctica así. Las cosas están nombradas en la lengua de esa nación, y al turista le basta con consultar alguna guía o mapa escrito en su idioma para saber de qué se trata. Es bueno ser hospitalarios y facilitar información a los visitantes, pero para ello no hay que llegar a poner letreros en inglés en cada esquina.

Fuerte y clara

Parece no haber precedente para el llamado de los teólogos a que el Papa «cuelgue los hábitos» y se retire. Lo cierto es que cada día se hace más insostenible su permanencia en el cargo, pues está impugnado significativamente. Hay quienes niegan la crisis, pero el tsunami de los abusos sexuales y, sobre todo, su encubrimiento es incontenible y, en última instancia, se va a llevar al Papa, como ya se está llevando a sacerdotes y obispos que, de una u otra forma, participaron en estos crímenes. Se habla mucho de que es necesario escuchar la voz de Dios. Creo que este grupo de teólogos representa esa voz, y la Iglesia Católica debe escucharla.

¡Dale "Enter"!

La Secretaria de Educación, quien no es santa de mi devoción, tiene, sin embargo, una buena idea: preparar currículos que puedan usarse por Internet , para complementar el tiempo lectivo o sustituirlo, cuando no hay personal docente disponible. No me parece que se deba reaccionar histéricamente, como si se tratara de un plan para desplazar maestros. Lo cierto es que las horas de clase nunca han sido ni serán suficientes para el mejor aprovechamiento académico. El recurso de Internet es demasiado valioso como para no valerse de él en el contexto escolar. Con tantas ausencias - que muy bien pueden ser justificadas - de los maestros, tener material por computadora que pueda ser aprovechado por los estudiantes es algo que todos debemos aplaudir. En última instancia, es mejor tomar clases por computadora que con malos maestros.

«...y allí me muero de [odio]...»

La condena de ese joven en Nueva York por la muerte del ecuatoriano pone sobre el tapete, una vez más, lo ilusorio que tantas veces resulta el afán de muchos por alcanzar el mal llamado «sueño americano». Ser latinoamericano - sobre todo, con la apariencia que lo hace evidente - y buscar fortuna en un país tan racista como Estados Unidos es casi un acto suicida, pues se trata de un país cuya historia es de maltrato a su población negra y a la indígena. Por lo tanto, no puede esperarse un trato distinto a quienes, además de tener la piel oscura, no son nacidos allí o son de ascendencia extranjera. El hambre y la necesidad son terribles, y empujan a muchos a dejar su tierra, pero es mejor vivir con privaciones que morir por el odio de unos mozalbetes blancos que no vieron al ser humano debajo de esa otra piel.

Un «mea culpa» imprescindible

Por fin, un funcionario de la alta jerarquía del Secretario de Defensa de Estados Unidos ha reconocido pública y explícitamente la responsabilidad de su país en el trasiego de drogas, por su papel como consumidor por excelencia. Echarle la culpa a los países productores y exportadores de la droga es totalmente injusto y no va a la raíz del problema: la demanda por esas sustancias. Si el apetito norteamericano por las drogas fuera mucho menor, estaríamos ante una situación mucho más manejable. Esperemos que estas palabras de Robert Gates lleven al gobierno a tratar el problema de la adicción con el enfoque correcto de salud mental, que lo pueda reducir a un nivel tolerable para la sociedad.

A veces es mejor quedarse en casa.

Creo haber comentado antes que en Puerto Rico no se distingue entre el comportamiento en los espacios privados y los públicos, lo cual lleva a que se actúe en los segundos como si se estuviera en los primeros. La gente va a los espectáculos y se pone a hablar como si estuviera en la sala de su casa con su familia y amigos, incluyendo el uso del celular, a pesar de las advertencias y solicitudes de que no se usen. Hay un engreimiento muy grande, que lleva al abuso de los medios de los que se dispone para fines legítimos. Ello también se manifiesta en la práctica generalizada de llevar niños muy pequeños a actividades para adultos, con el consabido aburrimiento y majadería, de la cual los demás serán víctimas.

La fiebre del oro

Se denuncia una serie de prácticas engañosas de índole comercial, de la que son presa fácil los incautos...y yo añadiría, quienes sueñan con tener dinero o algún beneficio de manera fácil. He ahí la cuestión medular: las personas quieren soluciones mágicas a sus problemas económicos y, por ende, están dispuestos a creer cualquier cosa que suponga obtener algo a cambio de nada o de muy poco, algo así como pegarse en la lotería sin jugar. Es una fantasía muy humana, que, desafortunadamente, se torna atractiva en extremo, en la medida en que se agrava la situación económica general. Nuestra gente tiene que apegarse más a la cultura del trabajo, y rechazar el supuesto camino fácil de los concursos, las ofertas «increíbles» y los premios sin participar.

El eterno «lamento borincano»

Los puertorriqueños debemos dejar de quejarnos por todo; hay un «lamento borincano» eterno, que se manifiesta en el habla cotidiana y dice mucho de nuestro espíritu nacional. La planilla de contribución sobre ingresos es «la dolorosa», y todos los años escuchamos y leemos el mismo lloriqueo con relación a cumplir con los deberes contributivos. El ciudadano nunca está conforme con lo que hace su gobierno; por lo tanto, resiente tener que pagar «para que se lo roben los políticos». Pero, sospecho que la queja sería más o menos igual, aunque en el gobierno todos fueran santos. La clase media se autoproclama «el jamón del sandwich », la víctima de un sistema en que los ricos no pagan ni los pobres tampoco. Por lo tanto, los profesionales y los asalariados sufren inconmensurablemente las injusticias de esta sociedad que ellos cargan sobre sus espaldas, luego de haberse «quemado las pestañas» estudiando, para tener una vida mejor. Los de la clase media viven tan mal que darían lo que no ...

«Fast tidiados»

Mueve a risa - con mucho de indignación - la condescendencia de los ingenieros consultados y la gerencia del «Choliseo», ante la denuncia de las fallas en la construcción de la estructura. Según ellos, nada es grave y todo está bien. Uno se pregunta si estas personas aceptarían esas imperfecciones en una propiedad suya. Tan intolerante que es esta gente con cualquier problema que ocurre en el sector público, y tan comprensivos que resultan, cuando se trata de defectos en el diseño o la ejecución de una obra. Entonces, arquitectos, ingenieros y constructores cierran filas, proclamando que las grietas son, prácticamente, obra del «Gran Arquitecto del Universo». Me parece recordar que se advirtió oportunamente que el lugar no era el más propicio, entre otras razones por el terreno. Ahora se le echa la culpa al terreno. Pero, entonces, hubo prisa, y el gobierno aplicó el concepto de fast-track , ése mismo que los Blanco y los Rojo le han atragantado al país con sus socios en la Legi...

500 años de soledad

Nada hay que celebrar en los 500 años de la figura del Gobernador de Puerto Rico, pues se trata de una señal ostensible de la colonia en la que vivimos. Tenemos un Gobernador porque todavía no somos soberanos e independientes. Si lo fuéramos, tendríamos un Presidente o un Primer Ministro. Consideraciones personales aparte, la figura del Gobernador de Puerto Rico es, fundamentalmente, patética, pues se trata de un funcionario con una autoridad menguada significativamente por el poder del gobierno de Estados Unidos en nuestro país. Aquí puede ser un mejor o peor administrador; allá, un cabildero más o menos eficaz. No tiene ni la facultad de reunirse con los gobernantes de los países vecinos para acordar cosa alguna, sin el permiso de sus amos en Washington. En el resto de América Latina no cuentan con él, pues los americanos no lo dejan asistir a reuniones regionales o continentales. ¿Desde cuándo es motivo de celebración el tutelaje degradante?

Una «falsa salida»

Hace muchos años que se discute el tema de los atletas extranjeros en nuestras universidades. Dicho de la forma más sencilla, lo que se plantea es si se trata de estudiantes atletas o atletas estudiantes. Lo primero es legítimo; lo segundo no debería serlo, pues el deporte universitario debe surgir de estudiantes que además son atletas, y no de atletas que son traídos como «refuerzos» para la competencia deportiva. Es un secreto a voces que algunas universidades reclutan activamente a estos atletas extranjeros por su condición como tales, no por cuestiones académicas. Ahora se denuncia que el asunto ha llegado al extremo de que se pretende traer a competir a estudiantes que lo son «a la distancia», gracias a la Internet. Obviamente, aquí hay un intento de aprovechar el tecnicismo de que son «estudiantes», para buscarle la vuelta y legitimar su paticipación en nuestras justas atléticas. El afán de ganar en el campo deportivo envenena el ambiente de sana competencia y juego limpio qu...

«A [Estados Unidos] rogando, y con el mazo dando»

Siguiendo el ejemplo de los loquitos del Tea Party allá, los loquitos de la anexión acá han asumido la ofensiva. Ayer, en la emblemática calle Chardón, quemaron la Constitución de Estados Unidos - bueno, la Cláusula Territorial, pero por ahí se empieza - y acusaron a los americanos de tenernos como «esclavos». Pero, claro, gente como Aponte y Castellanos están por encima de toda sospecha de anti americanismo, así que está bien. Si lo hacemos los independentistas, nos aplican la Patriot Act y vamos presos. Aponte ha vuelto a las andadas, pues tiene antecedentes de desorden público, aunque por cosas más pedestres, como una campaña electoral. Castellanos, por su parte, desde que se quitó la toguita judicial - nunca fue juez sino magistrado, que es como un juez de palito - , se ha destapado como un estadista furibundo, y ahora afirma que hay que gritarle a los yanquis como Moisés le dijo al Faraón - en The Ten Commandments , por lo menos -: " Let my people go!" Sea como fuere...

Un «buen ejemplo» de equidad

En mi libro Medinaciones: Leyes de Puerto Rico Embromadas , una mirada satírica a legislación puertorriqueña de época reciente, publicado en 2008, dediqué un ensayo a las múltiples y exageradas protecciones y beneficios para los veteranos de las fuerzas armadas y otro personal militar. Parte de lo que denunciaba es la ventaja - a mi juicio, indebida - de concederle 5 puntos o 5% de bono a la puntuación en un examen o evaluación para empleo por el que opte este personal. Pues, bien - o, realmente, mal -ahora se acaba de aprobar una ley que, además de otros beneficios, aumenta la regalía de puntos a 10 o 10%, lo cual quiere decir que cualquier «soldadito de juguete» que compita por un puesto y saque 70%, automáticamente tendrá una calificación de 80%, con la cual derrotará al aspirante que haya sacado 75% y no haya sido ni Boy Scout. ¡Todo sea por la «Nación»!

«Fuete pa' su...»

El representante Eric Correa tendrá todos los defectos del mundo, pero alguien que propone eliminar 20 de los 78 municipios del país no puede ser totalmente malo. Es más, el hombre se ha quedado corto: Puerto Rico no aguanta ni 58 municipios. Es una pena que, por sus vínculos con «Coquito» y Héctor Martínez, amén de la mala voluntad que se ha ganado por parte de Fortuño, por oponerse a la reforma legislativa, su idea no sea considerada seriamente. Correa pudo haber pasado a la historia por su brillante contribución al país, pero será un legislador de un solo término. Sin que eliminen municipios o reduzcan el tamaño de la Asamblea Legislativa.

¡Calma, pueblo!

La televisión, con sus series detectivescas y de temas de investigación forense, ha creado en la gente unas expectativas irreales de que los casos se resuelvan en un santiamén. En estos días se habla de que el caso del niño Lorenzo lleva «un mes» sin haber sido resuelto, como si se tratara de un tiempo irrazonablemente largo. En el mejor de los casos, la investigación criminal se tarda porque hay que cumplir con unas formalidades que el público desconoce y no comprende. En el peor de los casos, cuando hay ocultación activa de las pruebas o poca cooperación de partes y testigos, las cosas se complican mucho más. Esto no es cuestión de prender velas ni de vigilias; tampoco, de preguntar todos los días a policías y fiscales cuándo se va a resolver el caso. Quien no tiene responsabilidades públicas lo ve todo muy fácil, pidiendo, a punta de un micrófono, que «se haga justicia». Pero, serán los primeros en señalar el fracaso de las autoridades, cuando se produzca, por haberse precipita...

La «cara simpática» del militarismo

Este programa conjunto de la Administración de Instituciones Juveniles y la Guardia Nacional es una forma de colar el militarismo aun más en la vida puertorriqueña. Con el subterfugio de «ayudar a los jóvenes» descarriados, se les va haciendo simpático ese mundo militar que responde a los intereses de Estados Unidos y, a la vez, se les prepara para que acepten su papel de «carne de cañón» en las interminables guerras del «Tío Sam», que nunca se cansa de decir " I Want You!" Esto es una forma de perpetuar el mito de que la milicia «convierte a los muchachos en hombres de bien» o los regenera, con la disciplina que les impone. En lo que los convierte es en autómatas, capaces de seguir cualquier orden de matar, sin pensar. ¿Por qué no invertir esos mismos $300,000 en un programa de rehabilitación civil, sin esas ataduras con lo militar? Porque no se pasa por alto oportunidad alguna para meternos más y más dentro del ámbito de Estados Unidos, siendo la milicia uno de los punt...

Empresarios a chavo el ciento

La insistencia en el llamado «empresarismo» como la solución a todos los males económicos del momento me parece como una estrategia para escurrir el bulto del fracaso macroeconómico de Puerto Rico en ésta y pasadas administraciones gubernamentales. Es sencillamente ilusorio pensar que, si el gobierno o una empresa privada bota 100 empleados, cada uno de ellos va a poder poner una empresa o negocio rentable, ni aquí ni en lugar alguno en este planeta. Esta prédica machacona, ejemplificada con una que otra «historia exitosa» y con el fondo musical de Yo puedo, de Lou Briel, tiene la ventaja de que permite echarle la culpa de su fracaso a los nuevos «empresarios», por no saber manejar sus negocios.

Como la Estatua de la Libertad

Independientemente de la legalidad de usar los $24 millones para otra cosa, si estaban comprometidos para ello, lo cierto es que, si eran para ampliar los accesos al Puente Teodoro Moscoso, eran chavos botaos. La experiencia habida todos estos años es que los accesos actuales dan y sobran para los «cuatro gatos» que pasan por el puente todos los días. ¿Ha oído el lector la campaña radial para que la gente use el puente a estas alturas? Si contara con el número de usuarios que reclama, ¿sería necesario pedirle a la gente que use una vía pública ? Pensándolo bien, a quien desvió esos fondos para otro propósito, le deben hacer una estatua en la Laguna San José...

Una enfermedad del alma

Este tirijala entre el doctor Ibarra y la nueva directiva del Colegio Médico deja mucho que desear.  Los actuales incumbentes parecen tener una actitud mezquina y de venganza chiquita hacia el ex Presidente.  Consterna percibir tales sentimientos en profesionales de la salud, a quienes uno le supone una sensibilidad especial.  Es como si fueran parte de un clima de desmantelamiento de obras y proyectos de «la administración anterior» que se da en el gobierno y también se extiende al sector privado en ciertas entidades. Lo del hospital de Puerto Rico en Haití es una víctima más de esa actitud revanchista.

Negociado del [Mal] Tiempo

Apenas ha asomado abril, y ya se comienza a hablar acerca de la temporada de huracanes, con pronósticos de muchos huracanes muy fuertes. Hombre, como si no tuviéramos suficiente con los terremotos, el terrorismo y todas la calamidades habidas y por haber, ya empiezan las aves de mal agüero - mejor conocidas como meteorólogos - a anticiparnos toda clase de desastres. Una cosa es ser precavido y orientarnos sobre estos fenómenos cuando hay una posiblidad real de que nos afecten, y otra muy distinta es esta insistencia a dos meses plazo del comienzo oficial de la temporada de huracanes, añadiendo con ello a las múltiples preocupaciones que todos tenemos.

O se canta o se calla

Vivimos en un país en que la fonomímica y la imitación son tenidas por un arte digno de presentación en espectáculos públicos. Hace poco he visto en un centro comercial a un grupo de tres muchachas y un joven; ellas fingían cantar, mientras él fingía tocar una guitarra plástica, de evidente juguete. Ninguno tenía micrófono para siquiera cubrir un poco el «aguaje». Cierto es que, al principio de la televisión, se presentaban actos fonomímicos como pasos de comedia, con ejecutantes muy talentosos en la destreza de sincronizar sus gestos con los sonidos que se escuchaban. Pero, eso, era claramente otra cosa. Después vino la moda de poner a los niños a imitar a artistas conocidos, monería de dudoso valor artístico. En fin, ya estamos grandecitos para continuar con estos infantilismos.

El sol naciente sigue brillando.

Parafraseando a Mark Twain, los rumores de la muerte de Toyota son infundados. A pesar de la campaña de descrédito total, por parte de Detroit y otros sectores que antes han impulsado el fracasado programa Buy American , se anuncian aumentos de 40% en las ventas de los modelos de la empresa japonesa. Mientras tanto, Chrysler registra una reducción. Los consumidores no son tontos. Unos problemas temporeros no borran toda una vida de éxito por la calidad y el buen servicio. Los autos nipones y de otras partes de Asia siguen siendo superiores a los americanos, y eso lo sabe todo el mundo.

Consejos de madre

Las tragedias en nuestras playas se deben, esencialmente, a la ignorancia y a la temeridad de los bañistas. Creo que más a lo segundo que a lo primero. Si bien pudiera imputarse desconocimiento a los turistas y visitantes del exterior sobre las condiciones particulares de una playa, lo cierto es que la mayoría de las veces la persona hace caso omiso de las advertencias de letreros o de conocedores del área, y se tira al mar, del cual sale sin vida o nunca se recupera su cuerpo. Mi madre solía decir que la Cuaresma no es tiempo de playa, aludiendo a una sabiduría ancestral. Parece que tenía algo de razón.