¡No a la colonia!

Independientemente de preciosismos jurídicos y políticos, quienes viven en una situación de inferioridad - como es el coloniaje - deben aprovechar cualquier ocasión para hacer patente su repudio. Toda consulta, no importa su naturaleza y limitaciones, es una oportunidad de rechazar la sujeción a la que se está sometido. Lo que importa es no permanecer callado o indiferente ante la pregunta de si se está conforme con el régimen o se quiere cambiarlo. Si 100 veces se nos pregunta, 100 veces hay que condenar la colonia. Después, cada uno dirá qué es lo que quiere en su lugar, pero lo primero es sacar del camino esa piedra de Sísifo.

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