Un cumpleaños infeliz
Es motivo de celebración que la "celebración" del 4 de julio en Puerto Rico haya venido a menos. Ni el partido que postula la americanización de nuestra patria ha podido resistir el desgaste del tiempo y la indiferencia natural ante un asunto que nos resulta ajeno. La de hoy es una actividad completamente aguada, sin entusiasmo, hecha para cumplir con el expediente anexionista. La deben colocar en la lista de endangered species, pues ya está en peligro de extinción.
Con este devenir, se va haciendo justicia histórica, ya que la fiesta del 4 de julio nunca tuvo razón de ser en este suelo. Sólo quienes padecen un caso agudo de "enredo de espíritu" pueden siquiera concebir que se le celebre la independencia y la libertad del que te la niega. El único día de declaración de la independencia que es posible celebrar con dignidad es el nuestro. Mientras llega ese día, celebrar el 4 de julio en Puerto Rico es un acto bochornoso, que, felizmente, nuestro pueblo ha ido rechazando sub silentio. Tal parece que los partidos coloniales han comenzado a escuchar el sonido atronador de ese silencio.
Con este devenir, se va haciendo justicia histórica, ya que la fiesta del 4 de julio nunca tuvo razón de ser en este suelo. Sólo quienes padecen un caso agudo de "enredo de espíritu" pueden siquiera concebir que se le celebre la independencia y la libertad del que te la niega. El único día de declaración de la independencia que es posible celebrar con dignidad es el nuestro. Mientras llega ese día, celebrar el 4 de julio en Puerto Rico es un acto bochornoso, que, felizmente, nuestro pueblo ha ido rechazando sub silentio. Tal parece que los partidos coloniales han comenzado a escuchar el sonido atronador de ese silencio.
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