La chusma reina

Contnúan los retos a la autoridad en el contexto del orden público. Primero fue el descontrol en una celebración de «Octoberfest». Luego vino el motín en unas carreras de aceleración clandestinas. Ahora se produce una bacanal en una casa, citada por Internet. El desenfreno de la juventud no ha tenido una respuesta de las autoridades. La Policía no parece tener claro su rol ni ser consciente de la autoridad con la que cuenta para atajar este proceder, sobre todo, en el caso de la fiesta. Las declaraciones de un oficial policiaco que se confesó impotente por considerar que se trataba de un asunto en propiedad privada demuestran una ignorancia asustante.

El envalentonamiento progresivo de la chusma nos lleva al caos de la ingobernabilidad.

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