«Tanta amabilidad me confunde»

Lo menos que uno puede decir es que resulta sorprendente la rapidez con la que se ha procedido a excarcelar -- por la vía de la libertad bajo palabra -- a Víctor Fajardo, el exSecretario de Educación, condenado por un soborno millonario a contratistas de su agencia. Cumplida la condena de doce años en la esfera federal del Gobierno de Estados Unidos, con insólita celeridad, el mismo día en que llegó a Puerto Rico para cumplir los 13 años restantes de su sentencia en nuestra jurisdicción se le libera, de suerte que no cumpla ni 13 minutos en una prisión local.

Independientemente de que Fajardo, en estricto derecho, cumpla con los requisitos para salir bajo palabra, ese proceso tan acelerado y solícito me recuerda la propuesta de su jefe político de entonces, el gobernador Pedro Rosselló, de que se concedieran los permisos de uso para negocios en 24 horas, y otras medidas similares encaminadas a facilitar la obtención de los permisos en general.

Aquí hay algo que no está bien ni se ve bien, que debe ser objeto de una investigación.

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