¡Jesús!

Con todos los problemas actuales de la Iglesia Católica en Puerto Rico referentes a la pederastia en su clero, lo menos que necesita es una controversia ambiental. La denuncia de que árboles aledaños al Colegio San Ignacio fueron talados impropiamente por orden de dicha institución no le hace bien a la ya maltrecha imagen de la Iglesia. Aunque es posible que todo esté en orden, la renuencia inicial a dar explicaciones, y el referido a personal que no está disponible para aclarar el asunto, crea la sospecha fundada de que algo no anda bien, y que se trata de un ejercicio de prepotencia de un enclave de privilegios económicos y sociales.

Esperemos que este crimen ambiental no se deba a la Compañía de Jesús, gente muy esclarecida en la formación de juventudes.

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