¡[No] llegó papá!

Me aventuro a opinar que los dominicanos no han querido repetir la bufonería presidencial del cuatrienio 2000-2004. Aquel sainete escrito, dirigido y protagonizado por Hipólito Mejía fue demasiado para el país. Elegirlo nuevamente, con conocimiento de causa, hubiera sido imperdonable para quienes se toman en serio la imagen de institucionalidad nacional del vecino país. Al margen de cualquier otra consideración, el Primer Mandatario debe representar decorosamente, dentro y fuera de los límites territoriales, a su gente, evitando abochornarla con groserías y payasadas. Durante su mandato, Mejía probó hasta la saciedad su incapacidad para conducirse a la altura de su investidura.

Por otro lado, el resto del mundo -- sobre todo, América Latina -- ha respirado con alivio, ante la derrota electoral de Hipólito, el imprudente, al saber que no tendrán que vivir «aterrados» con ser objeto de alguna broma o comentario de mal gusto suyo en un cónclave internacional o cualquier función de Estado durante los próximos cuatro años.

Comentarios

Entradas populares