Ni castillos ni nieve

Entendiendo que los municipios quieran proveer a su gente - concretamente, a los niños - de ciertos espacios de recreación, esos «castillos» son proyectos fallidos, pues no se cuenta con los recursos para hacer algo que valga la pena y que pueda competir favorablemente con otras atracciones bien puestas. Luce patético y ridículo que pueblos pobres en nuestro país pretendan traer un poco de Disney World a su entorno. Me recuerda - porque es la misma mentalidad - cuando doña Fela quiso que los niños puertorriqueños «conocieran» la nieve, y vino cargando con un poco de ella desde Estados Unidos.

Dejemos de copiar de forma absurda las realidades de otros países, y concentrémonos en desarrollar lo nuestro, en la medida de los recursos con que contamos.

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