Víctimas dos veces

La denuncia de que el abuso sexual contra menores recluidos en centros carcelarios de Estados Unidos tiene proporciones epidémicas es parte de la desmitificación del sistema americano, tan jactancioso de lo propio y desmerecedor de lo ajeno. Ese país, que vive señalando los defectos de todas clases en los demás países, tiene muchos «esqueletos en sus armarios», y éste es uno de los más graves, pues representa un abuso particularmente deleznable, no solamente porque se comete con menores de edad, sino porque se trata de una población cautiva, a merced del Estado.