Un error mental

Los amantes del béisbol vivimos la decepción de no ver a Roberto Alomar estar donde le corresponde por legítimo derecho desde el principio. Será el año que viene. Pero, esta decisión absurda pone sobre el tapete un sistema caduco e injusto para elegir a los miembros del Salón de la Fama. Sencillamente, hay gente con derecho al voto que no debe estar desempeñando esa función; la mejor prueba es que hubo cinco cronistas que declararon desierta la elección. Hay otros que, abiertamente, sostienen que nadie debe ser escogido en su primer año de elegibilidad o unánimemente.

La grandeza de Alomar es indiscutible. Haberlo visto jugar la segunda base era todo lo que hacía falta para consagrarlo en esta primera votación. Hay quien dice que el haber escupido al árbitro le ha costado esta oportunidad. Ahora mismo, muchos nos sentimos tentados a «escupir» a unos cuantos cronistas de béisbol.

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