La maldición de los fondos federales

Lo que en Puerto Rico se ve como una gran cosa - recibir fondos del gobierno de Estados Unidos para casi todo - es, además de una lastimosa prueba de dependencia, una pejiguera con alcances, a veces, insospechados. La injerencia del gobierno federal, en ocasiones, causa más problemas que los que resuelve. Generalmente, hay que crear una estructura gubernamental para administrar esos fondos, y entonces es necesario desarrollar e implantar controles de todas clases y sistemas de evaluación de los programas o proyectos financiados con esas aportaciones. En fin, una burocracia de madre, para complacer a los americanos.

Lo del Departamento de Educación es un ejemplo reciente de esta práctica de comprometerse con ese sistema. A veces, sería mejor no aceptar fondos, y poder desarrollar nuestro gobierno de acuerdo con nuestras necesidades y nuestros criterios, sin estar subordinados a la opinión de los burócratas de Washington, D.C.