Otro efecto de la quiebra federal

Como era de esperarse, los americanos han respondido a la realidad económica en su afán por ejecutar a reos puertorriqueños en nuestro país. Parecen haberse convencido de que les sale muy caro llevar a juicio a ciertos criminales, para que, al final, un jurado puertorriqueño se niegue a imponer la pena de muerte. Las cosas están malas en el Norte, y no se puede botar dinero que después hace falta para pagarle a los verdugos en los estados. De poco valieron los argumentos constitucionales, de derechos humanos o morales, todos rechazados o soslayados por la prepotencia imperial. Fue necesario que sus acólitos boricuas le señalaran el gasto inútil -- en el sentido de que no logran el objetivo de matar a los presos -- para que se produjera la recomendación oficial de desistir de una práctica generalizada.

Aún así, ellos no cejan en su empeño, pues insisten en seguir solicitando la pena capital pero, solo para los «crímenes más viles», whatever that means. Es decir que van a ser más selectivos, a la hora de escoger a quién es que quieren matar con el aval de la sociedad puertorriqueña.

Se van a joder porque le vamos a seguir votando en contra en el salón de jurados.

Comentarios

Entradas populares