El castigo del César

La condena de nueve años a un sacerdote italiano radicado en Brasil, por hace veinte años haber abusado de una niña de nueve años -- hasta los doce años --  es el camino a seguir para lidiar con el problema de la pederastia en la Iglesia Católica. No puede haber consideraciones ni contemplaciones basadas en cuestiones religiosas o en la edad de los victimarios. (En este sentido, pienso que debieron imponerle la pena máxima de catorce años al cura que ahora tiene 73 años.) Mientras los sacerdotes pedófilos  no den con sus huesos en la cárcel durante muchos años, no va a haber un disuasivo lo suficientemente fuerte de esa conducta.

La impunidad de la Iglesia Católica en este asunto ha durado demasiado tiempo y ha cubierto a demasiada gente. No basta con las indemnizaciones millonarias como resultado de los múltiples pleitos presentados por las víctimas. Ya es hora de ver a los curas, obispos y cardenales tras las rejas, para que tengan mucho tiempo para la oración y el arrepentimiento ante Dios y los hombres.

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