«A Dios rogando, y con [la macana] dando»

Resulta inconcebible que se haya querido obligar a un empleado público a orar en horas laborables, y que se le haya sancionado por resistirse a ello, con todo su derecho. Que la agencia en la que haya ocurrido este atropello sea la Policía de Puerto Rico es aun más insólito y preocupante, pues demuestra un desconocimiento craso del derecho constitucional a la libertad de culto -- que incluye la de no rendir culto alguno -- por parte de quienes tienen la función primaria de proteger nuestras libertades.

Este caso debe ser resuelto expeditamente y de manera ejemplarizante, para que no se repita de manera alguna.

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