Locuras del calor

Supongo que ha sido el calor sofocante de estos días lo que ha llevado a la publicación de unos «remedios caseros» que parecen salidos de una mente calenturienta. Porque eso de recomendar que uno se bañe -- no dice con agua fría, pero va sin decirlo -- no se seque bien y se acueste así, parece una broma o una ocurrencia de alguien que no está del todo bien de la cabeza. La variante de esto es mojar la ropa con la que uno va a la cama y acostarse así con ella.  Y si a eso le añadimos el consejito de poner la ropa de cama en el congelador un buen rato antes de acostarse, entonces hay que ir pensando en recluir al autor de estas recomendaciones. Que poco le ha faltado para sugerir que metamos la cabeza en la nevera a la hora de la siesta.

Todo esto parte del supuesto de que no se tiene no digamos un acondicionador de aire, sino el más humilde de los abanicos, pues, en el peor de los casos, con esto se apaña uno para pasar la noche.

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