Cuando ganando se pierde

Parece que el fraude es contagioso. Al electoral de las primarias, ahora hay que sumarle el denunciado en una escuela de Jayuya, donde se imputa que unos maestros hicieron trampa para que sus estudiantes salieran bien en las Pruebas Puertorriqueñas de aprovechamiento académico. En uno y otro caso, el afán desmedido de ganar o triunfar lleva a la ilicitud y la falta de ética. La moral pública y la privada están en acelerado deterioro en nuestro país. No se compite en buena lid en ningún contexto; se quiere lograr el éxito a como dé lugar. La situación económica y la falta de oportunidades de empleo y progreso apremian, y las salidas fáciles lucen como las únicas. Los espíritus débiles no resisten la tentación de tomar estos atrechos en el camino de la vida. No ven que, al final, llevan al desprestigio y, a veces, a la cárcel.

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