Deficiente Detroit

El último carro americano que tuve fue un Chevy II de 1965, que mi padre me regaló después que le sacó el jugo en su trabajo, en lo que me podía comprar uno yo mismo. De allá para acá, no quiero un carro americano ni aunque me lo regalen. Detroit está desprestigiada, y con razón. Ahora que incursiona en los vehículos eléctricos, surge la preocupación por el Chevy Volt, pues en varias pruebas de impacto se producen fuegos en las baterías. Así andan las cosas en la otrora mítica General Motors. El know how gringo se fue al carajo hace tiempo.

Si desaparecen todos los carros asiáticos y europeos, mejor me voy a pie...

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