«¡Huele, y no es a ámbar!»

El embarre es mayor. Se anuncia que el Inspector General de Estados Unidos ha señalado que algunos funcionarios federales encargados de supervisar el funcionamiento de las petroleras que hincan pozos en el mar, cerca de las costas de ese país, recibían atenciones y regalos de esas empresas. Incluso, uno de ellos negociaba un empleo con una de las empresas que supervisaba.

Apunten esto los «americanitos» entre nosotros, con esa fe ciega en la integridad del Gobierno federal y la absoluta pureza de sus procedimientos. Ésta es la misma gente que quiso empastelar el daño ambiental en Vieques, produciendo un informe de encargo.

Dejemos de creer las pamplinas de que los americanos no se equivocan y que podemos descansar en que estamos protegidos por el USDA o la FDA, o acreditados por la ABA o la Middle States, entre otras instituciones que nos tutelan, como buenos colonizados que somos.

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