«En la Calle de Alcalá...»
Allí nos hospedamos, muy cerca de la Gran Vía, que celebra sus 100 años. Como es de esperarse, se le notan, en un cierto deterioro y cierre de establecimientos y locales. No obstante, tiraron la alfombra azul - literalmente - y prendieron las velas de un gigantesco «bizcocho» en Callao.
Yo celebré por mi cuenta, encontrándome con mi hija querida y su esposo, quienes viajaron desde París para pasar unos días con nosotros. Con ellos, y por su cortesía, vimos Piaf, obra musical en versión un tanto «tanguera», por su excelente elenco argentino.
Por supuesto, di mi consabida vueltecita por Casa del Libro, la librería de El Corte Inglés y Fnac, pero hice galas de una gran fuerza de voluntad para no sobrecargar la tarjeta de crédito.
Curiosamente, en plena Gran Vía, volví a encontrar al hombre que, hace unos años, me había pedido que le diera «golpes», referencia que entenderán quienes hayan leído mi libro De Amsterdam a Viena: impresiones de un viajero.
Esta vez, también le di algo...
Comentarios
Bueno, ya me contarás de tus periplos por la Madre Patria cuando tengas un espacio abierto.
Un abrazo,
Pues, mira que sí. El hombre me dijo que cumplía 15 años en esa faena. Ahora tengo dos poemas suyos a manuscrito, en una caligrafía muy bonita.
Que fascinante es poder experimentar esos momentos. Me imagino que son poemas sobre el amor o la vida tan pesada que llevamos los seres humanos.